… porque no es tuya la guerra sino de Dios… (2aReyes 20:15)
Josafat, rey de Israel, había depositado totalmente su confianza en el Señor, a pesar de las amenazas de los ejércitos de las regiones cercanas, cuyo objetivo era matar a todos sus habitantes. (Ver historia en 2aReyes20)
Sigue su ejemplo, y buscando el rostro de Dios, el temor y angustia desaparecerán, y en su lugar, aparecerá un corazón valiente, totalmente confiado en la promesa que Él te da, a todo aquel que cree. (Romanos 8:37)
Dios le dijo a Josafat: “: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. el Señor te dice así: No temas ni te amedrentes delante de esta multitud tan grande, porque no es tuya la guerra, sino de Dios.”
(2 Crónicas 20:15)
Hoy el Señor te quiere decir de la misma manera, Hijo; se que estás temeroso siendo amenazado, pero toma mi mano, y pon tu confianza en mi, pues no es tuya la batalla; la batalla es mía, y yo te daré la victoria.
Dios le dió una victoria extraordinaria a Josafat y a su pueblo quienes creyeron y obedecieron sus indicaciones; y hasta les dejó un botín de guerra que tardaron varios días en recoger.
¡Prepárate! Esto te sucederá a ti; levántate, y sacúdete todo temor caminando de su mano hacia la victoria, el botín de guerra está listo para ti.
OREMOS Mi Señor y Dios, Gracias por darme hoy tu palabra; confío totalmente en ella, porque en la Cruz venciste para mi. Eres un Dios de milagros. Mis proyectos y desafíos están en tus manos. Ahora se que los llevaré a cabo, porque me tomo de tu mano y no me suelto; atesoro un corazón de fe en tus promesas, con perseverancia, y hasta el fin, Amén.
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